PENSAMIENTO
VII. Monólogo interior. Flujo de conciencia.
El monólogo
interior, en primera persona, cuando se extrema, cuando imita al
pensamiento real del personaje, da lugar al flujo de conciencia en primera persona (o en segunda).
El estilo
libre indirecto, cuando se extrema para imitar al pensamiento real del personaje y del narrador, da lugar al flujo de
conciencia en tercera persona.
Proponer personajes famosos e intensos: Judas
en la última cena, La Gioconda, Neil Armstrong antes de pisar la Luna.
Ejercicio 1
De monólogo interior a flujo de conciencia en
primera persona. Transcripción ordenada de lo que piensa un personaje narrador
en primera persona. Parte final hacia el desorden propio de las imágenes en el
pensamiento. La Gioconda: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mona_Lisa,_by_Leonardo_da_Vinci,_from_C2RMF_retouched.jpg
1.- Explicación del monólogo interior. Leer
algún ejemplo.
2.-Mostrar el cuadro. Hacer preguntas para
crear expectativas. ¿Qué está pensando? ¿Por qué está sonriendo? ¿Ha encargado
el retrato su marido? ¿Cómo ve al pintor, a Leonardo da Vinci? ¿Está sentada en
una galería? ¿Se oye una música?
3.- Notas en clase. Primera redacción.
4.- Lectura pública.
5.- Primera corrección- colaboración del
profesor en casa.
6.- Lectura de una parte del monólogo final de
Molly Bloom. http://www.mipaginapersonal.movistar.es/web3/cesareo2/LITERATURA_UNIVERSAL/ETAPAS/TEXTOS/MONOLOGO_ULISES.htm
Propuesta: tender hacia el flujo de conciencia en la redacción definitiva.
7.- Composición en casa.
8.- Revisión del profesor y archivo.
Ejemplo:
“Los lagos, las marismas, las montañas, la
lejanía. Me gusta el paisaje que ha pintado detrás de mí. Estos pintores están
pensando en las musarañas. No sé si me gusta. Me mira como a un objeto: da un
picotazo con los ojos y a su lienzo. Parece mentira. Dicen que el ardor se
mitiga con la edad: a mí no me pasa. Es muy detallista. Yo también, eso me
gusta. ¿Sabrá acariciar a una mujer como acaricia el lienzo? A veces pienso que
mi marido es tonto. Será cosa de la edad. ¿No se dará cuenta de que me está
poniendo en peligro, que voy a caer en sus brazos? O, más bien, a tirarme en sus
brazos. Me parece que el que está en peligro es él.”
Ejercicio 2
De estilo libre indirecto a flujo de
conciencia en tercera persona. De un ejemplo introductorio con el que se pueda
explicar el estilo libre indirecto, a la redacción en forma de flujo de
conciencia en tercera persona. Neil Armstrong.
1.- Lectura de un ejemplo en el que se use el
libre indirecto: “Neil estaba muy nervioso. El momento más peligroso, el del
alunizaje, el de posar el módulo lunar con suavidad, ya había pasado. Ahora,
tocaba esperar. ¿Responderían los controles de apertura? ¿Respondería él como
se esperaba? Tanto entrenamiento, ¿para qué le había servido? La Tierra estaba
demasiado lejos. Y él estaba solo en la esclusa de salida. ¿Era realmente la
conquista del espacio, o una operación de propaganda carísima? Pensamientos
débiles. Y necesitaba fuerza, no dudar, responder con rapidez a los
imprevistos. Dar el pequeño paso que era un gran paso para la humanidad”.
2.- Explicación del libre indirecto:
identificación de narrador y personaje. Aparecen en el texto, narrados en
tercera persona, pensamientos del personaje sin ningún aviso.
3.- Imágenes del módulo lunar. Primeras notas
y redacción en clase. https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjotAZnIKBHWcBmk3E0LqHjbYZJPsrvXZEhx37BpkDMv_9eWCrLCWFyDUsMzAT28dFrnjNSJT73vxMw4hxBIKa1basVQEPBGos-96uppvKGwKhxgulK7Gk3OrJ2uoT0Pg3Z2J1rJEf424gU/s1600/neil_armstrong.jpg
4.- Lectura en clase. Explicación del flujo de
conciencia en tercera persona a partir de los propios ejemplos elaborados por
los alumnos, en los que se añaden imágenes, se introducen asociaciones.
5.- Redacción en casa
6.- Corrección colaboración
7.- Composición definitiva y archivo.
Ejemplo:
“Se le agolpaban los pensamientos, las dudas. Tanto entrenamiento para
nada. ¿Se acordaría de todo? ¿Le fallarían las fuerzas? ¿Se excedería? Tanto
tiempo esperando ese momento. Estaba solo, eran tres, pero en el fondo estaba
solo. Y era la persona más observada del mundo. En realidad, nadie lo veía. El
rostro de su hijo, en el hospital, el día que nació. Qué difíciles eran las
esperas. El patio del colegio, la soledad del portero ante el penalti. ¿Sabrían
los periodistas que le gustaba jugar de portero? El fútbol americano era otra
cosa. Inglaterra. Viajar, qué paradoja, le gustaría viajar. ¿Funcionaría el
sistema de presión del traje? La radiación, ¿tendría secuelas? En realidad,
nadie lo sabía. Esas cosas necesitan tiempo. Tal vez sus hijos. No se había ido
a la Luna de vacaciones. Las mujeres son imprevisibles. La huella, marcar su
huella en aquel suelo. El pequeño paso, el gran paso. ¿Estaba un poco más cerca
de Dios?”
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